La felicidad nunca llega a estar completa, como las colecciones. Nos empeñamos en buscar momentos de felicidad para coleccionarlos, sin darnos cuenta de que los más preciados son precisamente los que encontramos inesperadamente: la música del mar, las caricias del viento, la firme sensación de la tierra acogedora bajo los pies, la luz de mi cielo de Cádiz, el crepitar alegre de un fuego, el calor, el color y el olor de la piel de un bebé, la sonrisa de unos ojos amigos, un ratito al sol una fría mañana de invierno... Seguro que encontraréis mil momentos como estos.
Sed muy felices.
¡ Feliz Navidad y feliz 2007 !
