13 septiembre 2006

¿Qué ves?


A veces los cosas de comer son más bonitas que sabrosas. En la cocina y en los mercados se pueden encontrar imágenes como esta. Esta en concreto, salió del frigorífico de mi amigo Jose Manuel. Para ser sincera, la idea de la foto fue de él.
Es una de las verduras más viejas de Europa. Dicen que los romanos ya la utilizaban para combatir la melancolía. Aún en nuestros días en Europa central la utilizan para combatir los obusos del alcohol. Es curioso que en nuestros tiempos la forma más habitual de combatir la melancolía sea precisamente tomarse unas copitas en buena compañía. Así que ya sabéis: si estáis triste, a la calle del tirón y al día siguiente sopita de... .

09 septiembre 2006

La cara oculta de las flores.


Flor anónima. Alosno. Mayo 2003.

No se la identidad de esta flor. La encontré en el patio de una casa del Alosno, en un arriate un poco abandonado y salvaje. ¿A que tiene una bonita espalda?.

08 septiembre 2006

Más cositas del mar.

Algas en la arena de una playa de Camelle. Agosto 2006.



Detalle del museo de Manfred Gnädinger, Man,
"el ale-mán" de Camelle. Agosto 2006.
Dicen que Man murió de pena, tras la catástrofe del Prestige.




01 septiembre 2006

Triste atardecer.



Puerto de Camariñas. Agosto 2006.

He estado en la Costa da Morte, en el pueblo de Camariñas concretamente, justo en los días en que se quemaba (mejor dicho, quemaban) todo el bosque que rodea este pequeño pueblo pesquero. Esta foto está tomada una de las tardes en la que un sol poniente brillaba como chillándole indignado a una enorme nube de humo que amenazaba con acercarse más y más. Las barquillas, inquietas, no quitaban sus ojos de la nube, suplicándole que no se lo llevara todo. Pero la nube no les hizo ningún caso. Igual que cuando el Prestige les regaló su vómito negro.

Detalle en el puerto de Camarillas. Agosto 2006

Bueno, no todas las barcas se enfrentaban preocupadas al fuego. A esta la sorprendí ante su espejo, poniéndose guapa para los ojos de los turistas que paseaban por el puerto. Aquí, mientras unos luchan contra el fuego, otros se esfuerzan en atender amablemente a los visitantes, no sea que se vayan asustados.